Le quité el tapizado que estaba en muy mal estado y fue bastante laborioso; nunca se acababan las grapas, cuando parecía que ya las había quitado todas, aparecían muchas más....
Después de desarmarla y encolarla, la lijé, le di una ligera capa de selladora blanca y empecé a pintarla con dos tonos de verde y pasando un trapo de algodón para unir los dos tonos, después, cuando secaba un poco, le metía de nuevo la lija consiguiendo bastantes matices.
Y ya os enseño el resultado final después de tapizarla y con la pasamanería puesta.
¿Os gusta cómo quedó mi silla callejera?
Muchas gracias por vuestras visitas y como siempre si queréis dejarme algún comentario, estaré encantada de leerlos.