viernes, 18 de diciembre de 2015

Historia de una maleta

Hola,
Sí, lo se, soy muy pesadita  con tanta maleta;  que si ahora hago una mesa, que si ahora una mesilla, pero es que disfruto muchísimo tuneándolas, tanto es así que  cuando me hice con esta maleta roja, le hice un cambio radical que no me gustó nada, así que con el tiempo, volví a rehacerla.  Os enseño los dos cambio a ver qué os parecen.
Así era, 



Quería ponerle pegatinas de lugares lejanos, busqué por internet e  imprimí unas cuantas, pinté un lado de color blanco, le hice unas rayas y empecé a pegar pegatinas .... y yo creo que me pasé. Por el otro lado empecé a ponerle un papel poco apropiado y  seguí pegando pegatinas....
El resultado fue  espantoso ...



Cuando hago algo que no me gusta  y que tengo claro que no  va a quedar así, lo dejó  "congelado" durante un tiempo,  hasta que se me aclaran las ideas.


 En el Mercado de Motores que ponen en Madrid en el Museo del Ferrocarril los segundos fines de semana de mes, venden unos sacos estupendos, y en mi última visita me hice con uno y  forré la maleta. Ya hice lo mismo con otra que os enseñé en una entrada anterior y me gustó mucho el resultado.

Corté la pieza del saco, fui  grapando y rematé los bordes con hilos de la arpillera,  pegándolos con cola para tapar las grapas. Igual que en la anterior, como no se si le pondré patas no no, la orientación de la tela es distinta.



 Por dentro, en el primer cambio,   la forré con papel de comic, y así ha quedado.


Pues deseando estoy, que me deis vuestra opinión al respecto de los cambios sufridos en mi maleta roja.

Además,  aprovecho para desearos una estupenda y Feliz Navidad.


Y con mis mejores deseos,   me asomo de nuevo a los Findes Frugales de Marcela.
Hasta la semana que viene.

sábado, 12 de diciembre de 2015

Sillas del pueblo

Hola,
hoy os enseño el cambio que le di a dos sillitas de madera que tenía en el pueblo. Resulta que necesitaba dos sillas para mi casa de Madrid y me pareció buena idea tunear éstas que andaban por el pueblo  un poco desparejadas porque una estaba pintada en verde ( la pinté yo hace muchos años) y la otra estaba en su estado original.


Primero las lijé, les puse un tratamiento para la carcoma y después de dos semanitas,  las pinté en color verde dándoles brochazos, luego les di dos manos  de pintura blanca y desgasté algunas zonas para que saliera el verde. Por último cera incolora para dejarlas suaves y con lustre. Tuve que hacerles unos cojines y éste fue el resultado.



La verdad es que las sillas son muy, muy antiguas, debían de andar ya por la casa de mis bisabuelos, por lo que no están  para mucho trote ni para soportar mucho peso, pero a mí me encantan,  así que andan ya por mi casa  totalmente rejuvenecidas.

¿Qué os parecen?

Como siempre, os agradezco mucho vuestras visitas y me encantará leer vuestros comentarios.